martes, septiembre 06, 2011

El gran secreto de la vida es... sabernos amados por Dios.


EL SEÑOR PASO TODA LA NOCHE ORANDO PARA ELEGIR A SUS APOSTOLES Y AL MIRARNOS TAMBIEN LO HIZO CON NOSOTROS !!!!!!!

Jesús se retiró a la montaña a orar en soledad. ¿Tenemos nosotros la misma disposición para comunicarnos con Dios en la oración, en soledad y silencio?

En nuestra sociedad donde todo se hace para usar y tirar, las cosas salen en serie, sin características propias: los mismos modelos de zapatos, el mismo estilo de vestir, las mismas comidas, el mismo diseño de construcción, las mismas expresiones de vocabulario... queremos igualarnos tanto que perdemos hasta la identidad. La sociedad nos masifica, nos despersonaliza, nos hace iguales. Con Dios no es así; para Él cada uno es único, singular e irrepetible: Dios no hace las cosas en serie.


Dios nos conoce y nos llama por nuestro propio nombre y al identificarnos nos da el ser que nos autentifica. Su amor nos crea en cada momento porque su Palabra llega directa al corazón y desde esta interpelación nos potencia y dinamiza para la misión que cada uno trae a la vida. El gran secreto de la vida es sabernos amados. Con esta certeza nuestra vida se llena de sentido, basta que Él susurre mi nombre al oído para que todo se llene de emoción. Es la confianza de sabernos amados con un único amor, grande y fuerte.

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